Martha Rosler llevó a cabo un interesante ejercicio de recuperación de los modos documentales tradicionales de la imagen fotográfica para someterla a una gramática visual en la que la palabra se asocia a la fotografía para ofrecerse como un "duelo" icónico, y potenciar su gesto crítico y estatus político. Esta serie, pretende que la suma de las imágenes conformen una suerte de puzzle hecho a base de diálogos salpicados, de continuas digresiones y de comentarios anecdóticos, aparentemente sin orden ni concierto. De manera que toda clase de reflexiones filosóficas, políticas y morales sean atribuidas a personas que habitan la Alameda de Hércules en Sevilla. El significado final será el resultado de una dialéctica entre lo visto, lo leído, lo interpretado y lo cultural ya que la realidad es compleja y dar cuenta de ella es un ejercicio que resulta insuficiente e inadecuado en cualquiera de los sistemas o recursos empleados para su descripción.